sábado, 16 de noviembre de 2013

Un Nuevo Hogar, por Joel Correa


Lo mejor era el jardín, era tan amplio como todo en la nueva casa, se tenía espacio para unas mesas, unos arbustos en las esquinas y un enorme árbol; claro que aún era parte del plan. El garaje tenía espacio para tres autos, de mediano tamaño pero el espacio era muy agradable, incluso los niños jugaron el primer día, sintiéndose en un enorme estadio. La cocina fue un lugar perturbador al principio, demasiado amplio y todo dentro de los cajones, parecía más un almacén que un abrigador espacio de cocina.
¿Recuerdas Tomás nuestro primer departamento? - Pregunto Esperanza.
¡Pero ese lugar no era un departamento! recuerda que únicamente lo rente para guardar nuestras cosas mientras encontrábamos un lugar mejor. - Dijo Tomás con la seguridad de un buen padre de familia.
Esperanza lo consideró con calma, ahora que estaban en un nuevo hogar, no era momento para discusiones. 
Ahora hay lugar para el comedor, y tendremos espacio para el árbol de Navidad - Esperanza ya preparaba nuevos planes - Y podremos guardar los recuerdos de las últimas vacaciones.
Pensativo Tomás recordaba las maletas llenas de ropa de playa, los juguetes de los niños y una enorme pelota que tuvieron que quitarle el aire para guardarla dentro del automóvil. También recordó su primer departamento, tan deprimente y reducido, nunca tuvieron una mascota, era un lujo en tan poco espacio; un baño, dos cuartos, y sala comedor, una pequeña cocina. Siempre buscando espacio para la nueva ropa.

La primer semana inicio con la compra la una enorme cama matrimonial, y nada de literas para los niños, ahora cada uno tenía que adaptarse a su nuevo espacio con su propia cama. Un enorme ropero en cada habitación, un escritorio y una alfombra de tamaño considerable, todo gracias a años de trabajo, pero ahora todo se veía bien, y con suficiente espacio.
Su tercer hijo, Carlos, llevó su bicicleta, la patineta y su propia computadora. Tenía 14 años y ya podía disfrutar de algunas cosas extra en su cuarto, además de una nueva lámpara. Carlos recordaba su anterior hogar, el cuarto era un cuatro por tres, era un espacio que prefería no mencionar entre amigos.
En la sala el espacio de juegos ya estaba ocupado por una enorme alfombra y una pantalla. Todo regalo del tío Eduardo.
Fue un regalo del trabajo, a ustedes les será de utilidad - Dijo el tío Eduardo con mucho orgullo en ese momento. Mientras su hermana Carla y hermano Juan miraban llenos de alegría pantallas.
Tendrá un buen uso - Dijo Juan con cierta malicia.

Pasados tres meses todo estaba en orden, la casa ya no tenía espacios vacíos, se habían adquirido los muebles necesarios y para evitar problemas Tomás había comprado todo nuevo y usó los anteriores muebles como adornos en algunos sitios y evitando primeramente la disputa entre Carla y Juan comprando una nueva pantalla. Carlos había visitado la playa y ahora practicaba la natación por lo que tenía todo su equipo fuera de su habitación. Esperanza aprovecho el espacio para colocar dos salas en el recibidor, así tendría espacio para las visitas y las fiestas de año nuevo.
Como estaban las cosas había que comenzar con la remodelación de todos los espacios, así Tomas dedico tiempo para ampliar un viejo sótano, colocar un nuevo balcón y el jardín dejaría de existir; era necesario el espacio para un almacén de herramientas que tenía en mente.
Creo que este año las ofertas serán muy buenas - dijo Carlos durante la cena.
Podremos renovar todos los muebles que tenemos - Replicó Carla con alegría.
Recordaban la revista que Esperanza hojeaba durante los juegos en la sala, y que veían a cada momento para disfrutar de los nuevos diseños de muebles. La mesa de madera ahora podía ser una buena opción, además de las lámparas brillantes como el oro que podían comprar. Esperanza vio con alegría los nuevos electrodomésticos que sería juego con las mesas de la cocina.
Claro que podemos en el futuro colocar un segundo piso al cuarto nuevo, donde estaba el jardín -dijo Tomás.
¿Pero será el cuarto de visitas o un nuevo piso para herramientas? - preguntó Esperanza. Ya teniendo en mente un nuevo uso.
No te preocupes tengo proyectado un segundo piso en la cochera - dijo Tomas.
Todos se sentían muy satisfechos, parecía una discusión, pero en el fondo no había problemas para las ampliaciones de la casa y las nuevas compras.
Tomas trataba de mostrarse satisfecho aunque en el fondo se arrepentía de no esperar un año más. habría comprado una casa de mayor tamaño. Hacer las compras de cada año nuevo, que ya eran todo un evento social en el centro comercial, y sus hijos estaban también creciendo. Esperanza veía como su hogar crecía y crecía con las nuevas adquisiciones y sus hijos podrían desarrollar su vida plenamente ¡podía ya ver el futuro en sus hijos!, cuando crecieran también anhelarían seguramente
 un hogar de gran tamaño.
Ahora se encontraban en un entorno eficiente, seguro, opulento y lo más importante: autosuficiente.