martes, 28 de octubre de 2014

Los Sucesos Extraños de la Colonia Guadalupe, por Joel Correa.


El operador de la línea de emergencias no esperaba llamada alguna. Habían pasado los días festivos y todo el mundo regresaba a su semana habitual de trabajo; después de un mes de vacaciones de verano incluso los delitos comunes habían cesado.  A pesar de todo, tenía que estar despierto; el crimen siempre trabajaba.  Sonó el teléfono pasada de las tres de la madrugada.
-Disculpe, quiero reportar algo- dijo una mujer.
-Sí, dígame, ¿en qué puedo ayudarla?- contestó el operador.
-Me despertaron unos gritos en la calle, al parecer es una mujer que asaltaban, o algo así.
-¿Usted vio algo?
-Escuché los gritos y al salir no había nadie en la calle, abrí rápidamente la puerta pero no vi ningún automóvil ni nadie fuera.
-¿Podría proporcionarme el domicilio?
-Calle Independencia con Guillermo Prieto.
-En un momento va la patrulla.
-Gracias, buenas noches.
-Que descanse, hasta luego.
Comenzaba la tarea que menos le gustaba, un secuestro o una violación. Y no dudó un instante en enviar alguna patrulla por reporte de robo.
Después de algunos minutos la policía no observó nada raro, incluso los policías motociclistas no vieron a nadie en la calle. Ningún reporte de indigentes o borrachos cerca del lugar.
Llamó una persona más, cerca de las 3:10 a.m.
-Disculpe quiero reportar a una mujer gritando en la calle.
-Si dígame que sucedió. Buenas noches.
-Buenas noches. Se escuchó muy claro como si se llevaran a una mujer secuestrada en la calle, escuche tres gritos pero ningún automóvil, como si la llevaran corriendo.
-¿Vio algo, por la ventana o la voz de alguien más?
-Nada, no escuche a nadie, incluso no alcance a levantarme de la cama.
-Está bien enviaremos una patrulla.
El operador ahora informó sobre un posible secuestro, y estaba todo garantizado, los motociclistas estaban en los extremos de la calle reportada y dos patrullas rondaban cerca.
Después de una meticulosa búsqueda no encontraron nada, incluso le reclamaron su error, pero el operador aseguró que todo estaba en orden y eran reportes de vecinos con el interrogatorio bien estructurado, que no se podía equivocar.
En ese momento, una patrulla que estaba a unas calles reportó los gritos de una mujer que huía de alguien, no la habían visto pero escucharon que entró en unos callejones. El operador dio aviso a los demás, que ya se habían enterado por sus propios radios, pero lo hizo con la finalidad de no encender las sirenas con el propósito de no despertar a los vecinos.
Los policías entraron a las confusas calles donde se escucharon los gritos, había varios callejones, pero no encontraron a nadie al recorrer todo el lugar. Incluso preguntaron a unos vecinos que despertaban a causa del ruido de los motores. Nadie había escuchado nada.
Posteriormente justo a las 3:25 a.m. llegó la siguiente llamada con la misma situación, una mujer era atacada en un baldío cercano a los callejones. El operador maldijo entre sí,  no era bueno que alguien escapara, menos cuando se tenía la libertad de mover a los policías a cualquier lugar.
Llego una nueva llamada, justo cuando colgaba el teléfono. Era una mujer que decía estaban maltratando a una mujer en la entrada del panteón municipal, que estaba justo en medio de la colonia Guadalupe. Los reportes a las patrullas fueron inmediatos pero no encontraron a nadie. Estaba la mitad de la policía de la ciudad dando rondines en la colonia en ese momento, incluso podían verse unos a otros en los extremos de las esquinas. Fue cuando un policía, que era extremadamente supersticioso grito: ¡Es la Llorona!
Mientras sus compañeros trataban de calmarlo, ya que no dejaba de gritar, escucharon el lejano grito de una mujer, un grito de sufrimiento, apenas audible y que heló la sangre de todos.
El operador al tanto de los rumores de los policías, sintió pánico. Quedó temblando de miedo y se calló de la silla al escuchar el sonido de la siguiente llamada telefónica.
Ese día no hubo más rondines policíacos en la colonia Guadalupe.

Martes 14 de Junio 2011

miércoles, 1 de octubre de 2014

La región maldita, Joel Correa [Fragmento]


1. Lente infrarrojo

Los látigos golpeaban la tierra mientras el brillo de los arcos y flechas de metal destellaban con el fulgor de las llamas, horas y horas de golpes en el suelo marcaban el paso del ritual mientras los danzantes guerreros gritaban y saltaban alrededor del grupo que blandía los látigos. Todo avanzaba como si el grupo del centro, en un extraño trance, tratara de golpear a los que se encontraban alrededor; había una curiosa coordinación en el grupo con látigos, como si formarán un ser único. El grupo del centro presentaba en su piel extraños dibujos semejantes a insectos, no usaban ropa, y las orejas y labios las tenían llenas de espinas. Su cabellera era un amasijo enrollada con grasa y tierra. Los que rodeaban el grupo con látigos saltaban acercándose y alejándose, como si trataran de ahuyentar un animal. El fuego brindaba el brillo necesario para ver cada mirada y movimiento como si fuera la luz del día. Las estrellas eran testigos eternos de un ritual que sin duda llevaba milenios llevándose a cabo. Era un vídeo largo dónde todos bebieron sangre para fortalecer su cuerpo y continuar golpeando sin ningún sentido la tierra; todos se encontraban en transe y parecía que podían durar muchas horas más haciendo lo mismo. Esteban y Jorge miraron la pantalla durante algunos segundos más; escenas semejantes se veían todos los días.
-Tienen que ser los mismos que estaban en la región este y norte la semana pasada, no estaban aliados con los otros grupos y ahora ejecutan sus prácticas combinándolas, como si trataran de mejorar -. Dijo Esteban al momento que señalaba la nítida pantalla donde se veían los collares de hueso, los chalecos de plumas y las tintas usadas en rostros y piernas. – Lo vez, la forma de vestir indica que se han aliado.
Jorge miraba cansado la pantalla mientras bebía café y mantenía un pastelillo a un lado, sin mirar el rostro de su compañero ante la evidente observación. Recordó lo difícil que fue que la cámara llegará hasta ahí, las cámaras enviadas eran atacadas; no querían que vieran los rituales y algo intuían respecto a los equipos.
-Ya hablamos de eso y no es ningún problema, lo que sucede es que son fanáticos de sus costumbres, según el Capitán Tomás, es solo una especie de deporte o una actividad disciplinaria. Siempre participan únicamente los hombres – dijo Jorge.
-Recuerda todo lo que tenemos en esa maldita bodega, tenemos que llevarlo de regreso pero creo que deberías quemarlo, son cráneos, tripas ensortijadas, y pieles con pintura ¿y para qué queremos su sangre en vasijas? No lo puedo creer ¡Tenemos hasta una cabeza reducida! Deberíamos olvidar todo esto, es mejor así para evitar una pesadilla en nuestro viaje de regreso -. Esteban miraba todo con repugnancia a su alrededor.
-Tengo indicaciones de evaluarlo y clasificarlo todo. Es un extraño regalo de la comunidad. Recuerda que aquí manda un superior que está muy lejos y no podemos quedar mal.
- Sí, un superior que no sabemos ni siquiera quién es.
Ahora el monitor se apagaba, muestra de que la cámara no estaba en buen estado. Esteban maldijo cómo tratando de romper el monitor, nada de lo que tenían funcionaba y sin razón aparente se terminaba rápido la carga de baterías en el exterior. Ante la pantalla veían como una nube danzaba sobre los guerreros y la cámara se apagaba, la batería se detuvo en espera de sol y oxígeno para una nueva carga; en espera para un nuevo día.
Jorge y Esteban se dirigieron a la bodega, volvieron a revisar el contenido de las cajas. Al no encontrar una relación clara entre todos los objetos decidieron  cerrarla, decidieron dejarla junto a otras que podían interesarle a alguien más. La caja principal contenía cráneos, vasijas de sangre, muñecos de hueso y cráneos de animales, todo podía ser valioso en algún museo, pero en el viaje actual sólo era una distracción. Al ponerlas bajo llave ellos se sintieron más seguros. Era material para el regreso del viaje. Algo en lo cual ellos no querían dedicar su atención, simplemente no lo habían aclarado pero la mirada de cada uno comunicaba lo necesario. Las cajas se guardarían en el almacén y otras personas se encargarían de clasificar y comparar su contenido.

Alejandro sintió un fuerte dolor de cabeza mientras se oscurecía en una lechosa nube la imagen de la pantalla. Vomito un poco y maldijo al cocinero, ya no podía trabajar. El malestar estomacal era cada vez más frecuente siempre que revisaba la conexión con los drones. Se encargaba de programar los equipos y buscar los sectores dónde podía haber un fuego, o se podía ver una reunión de los grupos. El objetivo principal consistía en recolectar el genoma de insectos y videos del comportamiento de los grupos nativos.
- ¿Un nuevo cambio de dieta Alejandro?
- Si Claraliz, la dieta del cocinero.
- Deberías ir a enfermería diariamente y lo sabes.
- Bien, vomitare en enfermería.
Claraliz observó preocupado a Alejandro. Su aspecto no era agradable, le faltaba un poco de sol, su piel era acartonada y estaba todo el tiempo distraído. Aunque luego pensó que todos tenían el mismo aspecto después de tres meses de viaje. Ella ya no tenía su larga cabellera de la llegada, tuvo que cortarla después de haberse contagiando de unos pequeños ácaros, ahora estaba rapada y la falta de sol hacía que se viera pálida frente al espejo. Pero el caso de Alejandro era más serio, no estaba delgado, ni tocía, ni se veía fatigado, pero su aspecto era cada vez más deprimente. Recordó la fotografía de partida, todos con trajes y ropa de gala, después de beber mucho y despedirse de sus familiares. Alejandro se había despedido de su novia y también estaba su madre, y ella había prometido a su esposo regresar en tres años. Ahora las pantallas eran grises debido a la falta de carga de las videocámaras de los drones, y no soportaba ver a Alejandro, cada vez más enfermo, quejándose de todo, trabajando poco. Apago las pantallas y prefirió salir tras él a la enfermería.

La araña gigante de fuego movía frenéticamente sus patas en el mismo lugar, pataleaba avanzando hacia atrás y a hacia adelante. A veces saltaba un poco pero regresaba su lugar, era de fuego pero tenía unos enormes cabellos negros que hacían resaltar sus grandes y delgados colmillos. El capitán Tomás escondido bajo un agujero se refugiaba lleno de temor, sabía que la araña trataba de cazarlo y que sin duda lo observaba de alguna forma, no tenía ojos pero en algunos momentos avanzaba hacia él. La araña observaba y babeaba plástico derretido cuando se acercó un poco, con mucha cautela y esperando un movimiento de su presa. “¡Vete maldita!” “¡Vete de aquí!”. Tomás gritaba sin ver ningún resultado, sudoroso y con la garganta seca, desde su refugio en la tierra el capitán quería escapar pero sintió que la muerte la asechaba; la selva era tan espesa que no había a dónde escapar. La araña salto sobre el agujero dejando a su paso una lluvia de gotas de fuego, con un ruido semejante a un alarido que no salía de sus mandíbulas sino de sus patas, un sonido delirante que generó un grito de espanto en Tomás.
El capitán brincó de su cama y se golpeó la cabeza al caer, sintió dolor y satisfacción de salir de otra pesadilla, se movió a pesar una dolorosa punzada en las rodillas y codos. Sabía que no podría moverse durante parte de la noche. Una pesadilla peor que las otras, con un grado más de desesperación… y un grado más de realismo, la sensación de una muerte segura y sintiendo que sí no hubiera despertado habría sido comido por la araña de fuego. Se dijo que no debía pensar en los sueños y que todo el malestar, incluido el de la tripulación, era por haber viajado tan lejos.
El capitán Tomas se dirigió a su escritorio para comenzar con la revisión de objetivos de la misión, quería olvidar todo lo ocurrido durante la noche. A dos años de trabajo aún no había una decisión en cuanto al esquema de configuración y expresión de los genes de la fauna local. Los insectos y aves presentaban sexo pero no estaba definido el mecanismo de replicación celular, las proteínas eran algo sencillo, el cualquier lugar podían encontrarse interesantes coincidencias pero la forma en que eran ensambladas era distinto. Los objetivos de mantenimiento no eran mucho problema y cuanto algo saliera mal bien podían regresar, lo importante era obtener resultados que permitieran un nuevo viaje, algo que interesara a otros científicos. Al final decidió que un año más era suficiente, podían generar suficiente información y satisfacer la curiosidad de cualquiera. Los objetivos de seguridad ahora no eran muy claros, había miedo y aislamiento entre el personal científico y de seguridad. Consideró que todos los problemas que se presentaban eran realmente serios.

2. Amplificación de genes

Las secuencias de genes mostraban una iridiscencia de rojos y verdes en todas sus gamas. No diferían mucho de otros genes, solo algunos cambios de secuencias y en el avance de la expresión. La pantalla cambiaba los colores conforme el robot analizaba cada una de las muestras; un trabajo rápido pero al mismo tiempo lento ante la nueva diversidad que la computadora trataba de clasificar. Los drones capturaban insectos y las muestras eran colocadas en el aquipo de análisis de expresión genética; los mosquitos eran portadores de la sangre de animales de gran tamaño y algunos semejantes a roedores. Las computadoras podían clasificar las secuencias genéticas semejantes entre sí, aun no podía deducirse a que formas pertenecías pero el intereses general era encontrar nuevas proteínas. Las formas de vida en físico ya podrían analizarse otra ocasión.
Gabriel veía los datos como cualquier otro tipo de datos, solo un apilamiento de información que tenía utilidad cuando estuviera completa. Su tasa de café siempre estaba caliente y cuidaba sobre todo el mantenimiento del equipo; cuidando su avance.
- Deberías hacer todo más rápido-. Gabriel se sobresaltó.
- ¿Pasa algo Laura? Sabes que el equipo requiere su tiempo.
- Perdón no sé lo que me pasa, una disculpa, es solo que ya no soporto el encierro.
- Deberías salir en el hummer, Jorge siempre está listo para salir. A veces van a las montañas, dicen que las aves forman figuras muy interesantes en el cielo.  
- Claro. Debería.- dijo Laura al tiempo que salía con un portazo de la habitación.
Gabriel no entendía lo que pasaba, dos años de trabajo no era mucho y había mucho por delante. El comportamiento de Laura ya no era agradable, era la segunda vez que le daba un portazo, y todo un sinfín de indagadoras miradas en los silencios del comedor, hizo una nota mental para una seria conversación con Laura, no podía permitir una disputa por nada ante tanta información que analizar. El exceso de trabajo lo estaba agobiando y ya no podía saber realmente que pasaba. Al final, decidió escribir todo en el informe y enviarlo a Aurora.
Su informe fue rápido para darse un tiempo de llenar nuevamente el depósito del robot con los insectos recopilados por un drone; habría trabajo para tres días más. Trataba de comprender que pasaba con Laura, sería algo de su persona que no le gustaba o algo semejante al coqueteo, todo se estaba convirtiendo en una novela y ella se comportaba como si no pasara nada.

El robot tomaba el tubo lleno de insectos del drone, colocaba una solución salina y realizaba una rápida centrifugación. La pantalla mostraba al final secuencias de genes que debían pertenecer a una misma cadena, a un insecto o animal especifico. Era un proceso lento y mostraba únicamente la parte esencial de cada ser vivo, su ADN. 

Continuará...

viernes, 26 de septiembre de 2014

El espacio interior

Si de algo debemos maravillarnos constantemente es de nuestro entorno, buscamos los espacios de la naturaleza, de los seres vivos, pero en ocasiones debemos contemplar nuestro propio espacio: El espacio interior. 
Siempre saltamos de un lugar a otro, de un estilo de vida a otro estilo de vida, cambiando así, sin darnos cuenta, nuestro propio nicho ecológico. Si ahora nos viera el hombre de las cavernas nos diría que somos semejantes a ellos, pero más aislados en nuestras cavernas artificiales. Nos dirían que somos los hombres de las cuatro paredes. 



Tras la búsqueda de nuestro propio espacio he decidido fotografiar nuestro entorno, buscando aquello que pueda tener belleza pero sobre todo significado en nuestro futuro. Los elementos que sin duda valoraremos tal como nuestro santepasados lo hicieron con otras objetos, las águilas, los caballos, el aullido de los lobos y coyotes, el sonido de las aves; ahora nos queda el zumbido de los ventiladores, el aroma de la gasolina, el goce del hielo en la época de calor, los ventanales obscuros y la luz artificial. 
¿Nos aislaremos totalmente? ¿Viviremos en casas tecnificadas imitando el estilo de vida que tendríamos en otro planeta? ¿El exterior será siempre el exterior?





Un mundo que se puede volver solitario en todo lugar que podamos llamar exterior. Queda la pregunta ¿Qué pasará en el futuro dentro de nosotros mismos?

La huelga del 78, Joel Correa

Gracias a mí el comedor del seguro social funciona para todas las personas. Por entonces, esos años, trabajaba ahí en el seguro social y me encargaba de supervisar a los trabajadores. Quien fuera por sus medicinas podía comer algo a cualquier hora sin tener que esperar tanto tiempo, en lugar de estar ahí sentadas disfrutaban de uno de sus derechos. Le dije al director en ese entonces “No quiero que los trabajadores coman delante de los enfermos, no quiero verlos comiendo tortas ni refrescos tampoco. Hace falta un comedor incluso para las personas de la sala de espera”. El director me miró con una sonrisa burlona y yo espere su respuesta sin miedo “Usted es nuevo en todo esto y no va a llegar a mandar, aquí se hace lo que yo diga”,  y me regaño como nunca, reprendiéndome también por otras mejoras que yo había propuesto, me dijo que yo no tenía nada que hacer más que obedecer siempre, que yo era otro trabajador más. Yo por dentro me reía, él no sabía que yo estaba grabando la conversación, debajo de mi manga tenía una grabadora. ¡Lo estaba grabando y no se daba cuenta de nada! Entonces me dije a mí mismo “Ya veremos quién gana”.
También hable con la trabajadora social y le dije “quiero que todos ustedes coman bien, un desayuno diario, todos juntos, me refiero a todos los trabajadores y la gente de la sala de espera”. Ella me dijo que no había problema que se podía hacer, que mi propuesta se podía poner en marcha. A pesar de mi diabetes yo iba y venía para ver que se le ofrecía a cada quien en ese entonces, tuve por suerte el aprecio de todos. Además que yo conocía a la trabajadora social, ahora la señora Carla, desde siempre, desde que ella era pequeña ¡Yo había sido el padrino de Carla! desde pequeña yo la abrazaba y visitaba a sus padres para conversar con ellos. Carla era entonces una niña pecosita y alegre que corría hacía mi cuando yo los visitaba, me decía padrinito que grande estas, y yo me sentía alagado al imaginarme viejo y aun abrazándola. Ya grande ella de edad me trataba con más distanciamiento pero siempre saludándome y escuchándome gracias al cariño que tuve hacía ella y sus padres, don Jorge y doña Clara.
Tres días después coloque frente al director del seguro todos los expedientes de los trabajadores sin medicamentos. Eran los expedientes que él bien conocía, eran los expedientes de los trabajadores sin medicamento. Era de compañeros que tenían meses sin medicina. Los expedientes cayeron por su peso golpeando el escritorio del director, él se sorprendió al sentirse atrapado y dio mil excusas. Que los medicamentos siempre llegaban con retrasos, que todo estaba controlado por computadora, que algunos llegaban tarde a la cita y había que reprogramar todo. Resalto mucho el asunto de la computadora y yo le dije “¿dónde está que el lado humano?”. Me dijo que lo pensaría, vería que hacer y no era tan delicado todo, que se podía resolver.
Después de entregar los expedientes me cito para hablar conmigo de manera privada. Me recibió como si fuera su gran amigo “Pase Don Sami, lo estaba esperando”, extendió sus manos y casi me abrazaba, yo me mostré cauteloso caminando lentamente, y con tanto alago  mejor me senté para escucharlo con atención. “Ya tenemos la medicina para los trabajadores, que se presenten mañana por la mañana”, lo dijo casi con sinceridad pero no le creí nada, así que le pedí un documento firmado con su declaración. Entonces se molestó y me dijo que sabía lo de la grabación “yo lo tengo grabado y puedo evidenciarlo en el sindicato” entonces el replicó “usted me cae muy bien que le parece si pasamos al asunto del comedor, y en cuanto a los expedientes que los trabajadores que se presenten poco a poco”. Sabía que trataba de chantajearme pero me mostré optimista y le dije con amabilidad “voy ahora mismo al sindicato para que se presenten los muchachos”.
Doña Tere del Sindicato Textil Revolución me pidió que la apoyara en todo lo referente a los expedientes, así que para darle solución a todo nos fuimos a la huelga. Se acordó esto para no dejarnos intimidar del director del seguro. Don Juan José era el esposo de Doña Tere. Don Juan, hace muchos años ya, quería ir a los Estados Unidos y viéndome que yo tenía rostro de viajero me pidió que lo llevara a la frontera. Yo no conocía más allá de mi pueblo pero por un amigo se hace todo lo que se puede. Fuimos Don Juan y yo hasta la frontera, llegamos a un desierto enorme, ahí cerca de Ciudad Juárez, no sabíamos dónde estábamos pero yo dirigido por el sol camine hacia el norte. El me seguía con miedo, en la frontera hay víboras, cadáveres y mucho sol. El calor pudimos aguantarlo y para otras cosas nos dimos valor, éramos finalmente hombres de campo. ¡Caminamos dos días! El agua ya no nos alcanzaba y fue cuando llego la suerte. Frente a nosotros había una ciudad mediana y con grandes rascacielos, la claridad permitía ver hermosas catedrales y calles estaban llenas de automóviles. Estábamos en los Estados Unidos. Lo deje cerca de la cuidad y le dije “hemos llegado aquí trabajarás muy bien, yo tengo que regresar”, él me pidió que me quedara a trabajar también, que era mejor seguir juntos “Me esperan en casa, vine por la gran amistad que tengo contigo”. Don Juan muy contento fue a la ciudad que estaba frente a nosotros, yo en cambio regresé por ese horrible desierto, tenía un litro de agua pero como era de noche regresé muy bien. Todo esto lo sabía Doña Tere y me tenía tanta estima que yo me sentía confiado en cuanto a la huelga, por el gran favor que le había hecho a su esposo podía confiar en ella.
Quince días estuvimos a la espera de los medicamentos, sin respuesta del seguro social ni de la fábrica. Los compañeros no teníamos dinero ni comida. Fue cuando empezó la parte más difícil para nosotros. Nos habían corrido del trabajo. 
Lo que no sabían en la fábrica es que gracias a mi entrenamiento militar yo era experto en cacería y pesca. Iba al cerro a cazar conejos diariamente y del río sacaba unos pescados enormes. Por ese entonces había mucho conejo en el cerro y yo no me daba abasto a su búsqueda. Visitaba mis compañeros para darles un conejito y un pescadito. Para mi quedaba siempre un pequeño conejo o una liebre. Diariamente daba un conejo a Doña Julieta, su esposo llamado Mauricio, que al ser muy pobre, salía a trabajar al campo mientras no tenía actividad en la fábrica. Ella me recibía con un fuerte abrazo, yo los salvaba de la pobreza. También visitaba a Carlos, a Esteban y a Juan, que vistos sin paga salían a trabajar en los establecimientos del pueblo. En la fábrica no esperaban que resistiéramos tanto tiempo, pero la comida en nuestros hogares no faltaba.
Tuvimos una junta con toda la gente del sindicato y el presidente municipal, por lo polémico de nuestro caso. Los principales puntos a tratar fueron el aumento de sueldo y el seguro social de los sindicalizados. Estaban en la reunión los principales ingenieros de la fábrica, doña Tere, dos de los socios y mis tres amigos Carlos, Esteban, Juan y Mauricio. El presidente municipal Don Transito ya estaba enterado de todo, él por su trabajo hacía años que no sabía de mí, pero en cuanto me vio dijo lo siguiente “yo meto las manos a la lumbre por este hombre”, todos se voltearon a verme y se quedaron sorprendidos. Entonces dijo uno de los socios “estamos para lo que usted diga señor presidente”. Lo que no sabían en la reunión era que yo conocía desde la juventud a Don Transito. Cuando yo tenía mis quince años de edad me atreví a presentarme a una linda mujer que pasaba por el jardín central. Vi sus ojos azules y parándome frente a ella le dije “Mi nombre es Don Sami”, y a ella le dio risa mi buen modo, me presente de forma educada, pero a la vez lo chistoso de mi nombre hizo que se riera. “Eres muy educado” me dijo, yo en cambio, en lugar de quedarme como tonto, quería continuar con una plática más amena, sus ojos eran hermosos y lo delgada que era la hacía ver muy linda. Me di cuenta que ella era de buena familia y yo era solo un hombre de clase media, y no pobre porque eso ofendería a mis padres que tanto trabajaban, más bien un poco por debajo de su condición. Quería continuar la plática cuando paso Transito mirando a todos lados, fue el momento para salir de esa situación, era en ese entonces uno de mis grandes amigos “Transito, debes conocer a…”, “Lucero”, ella lo miró con estima y se notó que al momento se enamoraron los dos. Yo me sentí triste por perder tan grata oportunidad pero Transito era mi amigo, y por la gran amistad que le tenía lo deje con ella.  Discretamente para alejarme caminé entre los árboles y arbustos del jardín. Tres años después Transito y Lucero celebrarían una gran boda en la Parroquia de la Luz. Por ello Don Transito me tenía en alta estima, la mujer más hermosa del pueblo fue su esposa gracias a ese momento. En fin, viendo todos que el presidente me tenía en estima y él explicando que conocía el caso del seguro social, y claro la forma en que yo traté el asunto sugería que era mejor buscar una solución. En lo referente al apoyo que en el pasado había dado a Transito no dijo nada, la discreción era parte de nuestra amistad. Se acordó que teníamos que ir al seguro social a presentarnos para acordar nuevas citas, y que nos iban a atender puntualmente. Y en lo referente a la huelga decidimos levantarla por las buenas propuestas que nos habían hecho a mí a mis compañeros.
Revisaron nuestro caso y llevaron a declarar a la reunión al ingeniero que nos había corrido del trabajo. Los socios de la empresa lo reprendieron duramente ya que no podían cesarnos de nuestras actividades mientras hubiera huelga. Entonces había sido ilegal que nos quitaran el empleo, y sabían los del sindicato lo grave de nuestra economía; claro, sin decir ni una palabra nosotros en lo referente a los ricos conejos que comimos esa temporada.
Decidieron que teniendo nosotros quince días sin sueldo, y por los años trabajados, podíamos pedir  nuestra jubilación. A todos nos faltaban de dos a tres años para cumplir con la empresa, así que lo pensamos bien y aceptamos la propuesta. Hubo compañeros que se lo tomaron a mal pero siempre supimos que teníamos que dejar todo en manos de la gente joven. Con doña Tere al frente tampoco les iba a faltar nada y lo del seguro ya estaba en un acuerdo. Primero tuve que firmar yo y así mis amigos pudieron mostrar confianza. La huelga se había levantado con un ligero aumento al sueldo, era poco pero la fábrica había visto que no estaba frente a gente débil, luchamos y hasta obtuvimos nuestra jubilación.  

La nueva trabajadora social se llama Norma, es hija de Carla, cada que voy por mi medicina me dice “¿Padrino Sami cómo está?” y yo le contesto ocultando mis achaques “¡Hija, visitándote con mucho gusto!”. Me abraza igual que como cuando era niña “Pase primero a platicar un rato padrino”. Me da mucho gusto ir porque me reciben con estima. Norma platica siempre un poco conmigo y también los trabajadores me buscan para pasar un rato junto a mí, saben que en esos años la huelga dio un poco para todos y no nos detuvimos. 

sábado, 30 de agosto de 2014

Los jardines de San Francisco, Joel Correa.


Los niños jugaban a la pelota a diversos juegos, a veces la golpeaban como en el futbol y otras la arrojaban como en el voleibol. El césped se notaba ya desgastado y en los rosales se notaban unos pétalos ya caídos. Había espacio para los niños en los enormes jardines e incluso espacio para sus gritos, pero se notaba un deterioro por su alboroto. Ya no eran los tiempos de antes y ningún adulto además de mi estaba a la vista para reprenderlos. Tenía que regañarlos por su conducta tan desordenada. Por ello me acerqué mostrándome tranquilo para hablar con ellos pausadamente y buscar su atención.

En lo alto veía la estatua de San Francisco de Asís, con su perro a un lado, a mi derecha la entrada principal de la iglesia con sus racimos de uvas bellamente labradas. La cantera roja y limpia tal como había estado desde hacía años. Los árboles del jardín del fondo, que ahora parte se utiliza como estacionamiento, se notaban de la misma altura desde que yo y mis hermanos jugábamos aquí en San Francisco.

Entonces me llegó un recuerdo ya olvidado. Mi hermano, mi hermana y yo corríamos dando vueltas, primero en un jardín y luego en otro; en ese tiempo no teníamos aún ni los diez años. Abiertos los tres portones de la iglesia igual que ahora y sin nadie que nos regañara.

- Mira, en esa banca se sienta una mujer, ella siempre mira hacia esa ventana-. Decía mi hermana mientras corría.

- No es verdad, lo imaginaste igual que otras cosas -. Reía mi hermano.

Mi hermana aseguraba que una mujer con vestido ya antiguo rondaba por esta bella iglesia. Decía que caminaba hacía la entrada principal y luego veía con cariño una de las casas ubicadas en el callejón de los Esquíveles. Posteriormente nos contó que entraba a la iglesia y nadie la veía salir. Llegamos a pensar que ella quería que tuviéramos miedo. Ya nos habían contado que el perro de la estatua de San Francisco correteaba a los niños, y que a veces a los borrachos en las noches; era tal vez una historia real pero la de la de Hacienda del molino de las Ardillas, la del hombre a caballo, era más popular y esa sí nos daba miedo.

Yo le creía a mi hermana lo de la mujer de blanco porque una vez había visto una mujer de vestido antiguo en la misa de oración. Sin duda alguna se trataba de la misma mujer, ya en dos ocasiones la había visto rezando devotamente. Mi hermano en cambio se mostraba muy renuente ante tal idea, la de un posible fantasma, pero mostraba respeto y a pesar de sus comentarios no contradijo nunca a mi hermana, ni a mí.



Recuerdo que de eso hablábamos mientras corríamos, y seguro también lo hacíamos sin preocuparnos por los rosales y las buganvilias que había en ese entonces. Aunque una ocasión un monje nos miró desde una ventana, y mostrando únicamente la mitad del rostro sin asomarse más de dos segundos. Lo ocurrido para nosotros fue una advertencia ya que comprendimos que estábamos haciendo mucho ruido, fue de las últimas veces que jugábamos en los jardines. Ya éramos en ese momento un poco mayores e íbamos a misa con otro conocimiento de nuestros actos.

Pensé en todo eso mientras caminaba y traté de recordar porque creíamos en todo eso ¿o sería verdad lo que vimos?, ahora que lo pienso eran nuestros juegos, el estar juntos e imaginar cosas, el correr e inventar algunas historias simplemente, o posiblemente esa mujer era real y rezaba por alguien después de contemplar una de las casas, tal vez alguien que ella si veía y nosotros no. 

Ahora que camino con un bastón considero que eran nuestros juegos, partieran de cosas reales o imaginarias. Los niños que jugaban con la pelota corrían siendo felices, pensé que en un futuro sería este momento un recuerdo agradable para ellos. Me encaminé a la entrada del templo y preferí seguir cautelosamente mi camino, sin perturbarlos y permitiendo que crearan un recuerdo que en el futuro sería algo valioso para ellos. 

Me dirigí a la entrada de la iglesia recordando a mis hermanos y a mis padres.

martes, 5 de agosto de 2014

Los caminos de la realidad, por Joel Correa


Veo una calle solitaria y oscura, alguien que viaja lleno de esperanza en los vagones del tren, un estadio que se llenará el fin de semana, una avenida iluminada por un automóvil a alta velocidad y una mascota solitaria en un puente peatonal.

Respiro el monótono aroma de las pizzerías, el perfume de una mujer en el trasporte público, el cloro en los pisos de una central de autobuses y siento también el polvo en las canchas de baloncesto abandonadas en el periodo vacacional. 

Escucho las historias del pasado que narran un mundo lleno de naturaleza, los gritos de los niños en las escuelas primarias, las leyendas de las ciudades coloniales, las oraciones dominicales en la parroquia de la ciudad que cantan mujeres devotas y la postura cívica de las personas mayores ante lo que hacen los partidos políticos. 

Creo en un mundo lleno de sensaciones en los enormes toboganes de los balnearios, en la obediencia del motor del automóvil en medio de la gente, en los hoteles solitarios junto a la carretera y en las orgullosas jirafas de los zoológicos que aceptan comida de las personas.

Tengo los recuerdos de una conversación en una banca solitaria, la noticia que recibí en medio del tumulto de una fiesta, el triste final de una película que preferí no volver a ver, el de una taza solitaria en un café y lo qué pudo ser enturbiando mi mente constantemente.

Pienso en las personas que viajan en los aviones, en su posible mirada cansada y en su destino desconocido para muchos, pienso en los campesinos que conocen su tierra y añoran un hogar hermoso, en el destino cruel de las motocicletas en la chatarra y en las palomas mensajeras que aún se pueden ver cumpliendo una misión.

Y al final hay un camino en las miradas de las personas que piden limosna, en el aburrimiento de las cajeras en los bancos, en los jardines públicos con personas absortas en su celular, en las conversaciones de quienes salen del cine y en el qué hacer en el tráfico de la carretera después del atardecer.

Al final sólo queda la aceptación de la realidad misma. 

Agosto de 2014.

viernes, 1 de agosto de 2014

El Hobbit, de JRR Tolkien

Encontrarse con JRR Tolkien es disfrutar de una lectura llena de sensaciones nuevas página tras página. Sus relatos fantásticos nos muestran nuevos personajes y hermosos escenarios en cada una de sus novelas. Y claro un excelente libro para adentrarnos a la obra de Tolkien es El Hobbit. 

El hobbit es el personaje central, llamado Bilbo Bolsón, un pequeño hombrecito que vive en una casa semejante a una madriguera, aclarando que un hobbit tiene orejas muy agudas y pies muy grandes y peludos. Bilbo es visitado un día de verano por el mago Gandalf que lo invita a una aventura, él se reúsa y lo trata con indiferencia, éste se aleja con disgusto pero deja una extraña marca en su puerta. En la noche es visitado por un grupo de enanos que llegan a comer y casi destruyen su cómodo y acaudalado hogar; los hobbits tienen una vida placida y disfrutan de su riqueza y buena comida. Bilbo no está dispuesto a dejar su hogar aunque lo convence la gran riqueza que le propone el Rey Thorin (el rey de los enanos que también lo visita gracias a Gandalf).

Posteriormente Bilbo decide ir a la aventura, lo invade el deseo de nuevas sensaciones a pesar de los peligros, y se va con los enanos tras la búsqueda del tesoro robado por el Dragón Smaug;  el hobbit no tiene una idea clara de cómo es un dragón.  

Smaug robó el tesoro de los enanos, junto con la piedra de la montaña (una joya más preciada por los enanos que todo el oro del mundo), destruyó el reino en la montaña de los enanos y lo aisló de todo ser vivo. Y ahí sobre el oro durmió hasta que llegará un ladrón o aquellos que codiciarán las riquezas. Para llegar a la montaña tienen que atravesar el reino de los horribles trasgos, pelear contra los orcos, los wargos y recorrer el terrible bosque negro [un lugar únicamente para tan valientes personajes y atrevidos lectores]. El hobbit trata de aventuras, de grandes reinos, de la codicia del oro y del encuentro de sí mismo tras un largo viaje. Un libro que nadie se puede perder. 

Una de las grandes aportaciones de Tolkien a la literatura es dejarnos espacio en su obra, es decir, muchos de los personajes no se encuentran bien definidos (los trasgos, los hombres águila, los wargos, orcos) y dejando al lector su aspecto y carácter. Con esto no se quiere decir que su obra sea incompleta, más bien da lugar a que el lector tenga espacio para completar los episodios de su obra. Por ejemplo se insinúa la lucha del mago Gandalf con el Nicromante, pero no se relata esta parte, el autor la deja al lector, o queda para otra de sus novelas, y así la riqueza de la obra la aporta el lector tratando de imaginar qué paso. El regusto que nos deja ésta novela es de más lectura, la visita a más reinos, el qué pasará con los enanos, la ciudad de los elfos, la posibilidad de nuevas guerras entre distintos reinos.

Podemos disfrutar de los escenarios en películas como El señor de los anillos y su homónima El Hobbit, y son éstas compatibles con su universo. 

Gracias a Tolkien la Tierra Media forma parte de nuestro referente cultural. Aquí la contraportada del libro. 

viernes, 11 de julio de 2014

Un lejano frente de guerra, por Joel Correa


- Luces de fondo atraviesan el cielo en ésta oscura ciudad, son los misiles caseros de la delincuencia organizada, los drones de ambos bandos también vigilan zonas llenas de barricadas e incendios. Los drones del ejército patrullan pero nadie sabe el porqué de su pasividad, a pesar del sonido de fondo de los disparos. Únicamente nos queda un frente de batalla lejano, en el que soldados y empresas privadas de seguridad se abren paso en cada calle de esta ciudad controlada por grupos armados – dice el reportero desde la ventana de un hotel.
La cámara muestra edificios en ruinas con misiles caseros iluminando la noche y pequeños drones atentos, volando con seguridad y esperando el momento de alguna señal para activar sus armas.
- Nadie sale a las calles, los francotiradores disparan a cualquiera que se vea corriendo. Hay preocupación en los albergues, ya se habla de falta de comida y los niños no pueden salir de este lugar. Estamos en la zona centro y cada hora se habla del posible avance de los soldados.
La toma de la cámara ubica un edificio cercano donde aparece una luz, se escuchan gritos de fondo, un grupo corre para entrar al edificio; se alcanza a escuchar la comunicación por radio.  Un vecino grita algo que no se entiende.

La toma de la cámara se dirige al balcón donde se encuentra el vecino, justo al lado, cuando sale la cámara por la ventana para tomar la escena se nota un claro temblor en la imagen, y a continuación se observa la toma en el suelo de la habitación llena de cristales y polvo. El reportero tirado ya en un rincón de la habitación grita ¡NOOOO!

domingo, 29 de junio de 2014

Hater, por Joel Correa

Hater



- Ahí están todas esas personas racistas que al momento de subir una imagen muestran sus mensajes molestos. Sí, la subí yo, pero es para demostrarles lo que son en realidad, y son tontos. Por suerte tengo tu apoyo Estefany, sólo en ti confío.

En pantalla un hombre de etnia negra pide limosna en un lujoso tren subterráneo, los mensajes son de apoyo al hombre negro y otros son de discriminación y odio. Mientras tanto Estefany sonríe mirando distante la pantalla con unos dulces ojos azules, su cabello lacio cae ocultando casi la mitad de su rostro y apoya su mano sobre sus piernas cruzadas en una posición hermosa y delicada.

- Demostraré en realidad lo que son, no me pueden culpar de nada ¿Recuerdas la fotografía que tomé hace unos días? Todos apoyaron la mordedura del perro, prefieren un perro que una anciana. Antes era mejor el medio, había valores –. El viendo de los ventiladores movía ligeramente el cabello de Estefany y mantenía la misma sonrisa y mirada distante, como si en el fondo apoyara cada una de las palabras, como si pensara en esas palabras, su rostro era bello, simétrico, con labios brillantes y un maquillaje a la medida –. Toda esa gente que se siente perfecta y hasta creen que son buenos, pero aquí se ve quién son en realidad. Me dicen que no haga esto y aquello pero ellos son lo que continúan respondiendo cualquier mensaje.

Estefany seguía en la misma posición, con su espada muy recta y sin movimiento en sus largas piernas, con su rostro mirando más allá de la pantalla en la cual ahora se mostraban imágenes de peleas y cuerpos en las calles, las preferencias de una sección de las redes sociales dedicada a la discriminación, la violencia y la sexualidad.

- Ve este mensaje, dice que me busque una novia y deje de comportarme como un niño, ellos son lo que no tienen novia, por eso se la pasan todo el tiempo buscando fotografías de animales muertos, de choques, de ancianos, de gente en la miseria, viven del morbo. Mejor retirémonos por hoy, les dejaré algo que les agradará, así aprenderán a tratar a sus mascotas los miserables, ya veremos mañana cómo se portan.

Ella continuaba mostrando la misma sonrisa, apoyada una mano en sus piernas y otra en el sillón, aceptando todo y en una posición que bien podía ser eterna, él la tomo por la cintura y la cargo para llevarla a la cama mientras disfrutaba de su perfume plástico semejante a las cerezas, acarició sus músculos sintéticos y pudo sentir incluso el calor artificial de su cuerpo. Estefany mantenía su sonrisa y mirada distante mientras su compañero lleno de traumas trataba de dormir a su lado. Sus ojos abiertos pareciera que vigilaban eternamente a su pareja, aceptando en silencio el destino de una muñeca que vive de los caprichos de su dueño. Un destino que como entidad sintética tenía que aceptar.

domingo, 15 de junio de 2014

Lecturas de actualidad, por Joel Correa


Lecturas de actualidad

Parte 1. Periódicos

El Sol de Tierra Caliente.  “Actualmente las Agencias de Seguridad Privada son un elemento fundamental para apoyar los grupos de autodefensas ciudadana, al proporcionar  lineamientos para la defensa y seguridad a la ciudadanía”. Así lo dijo el presidente municipal de Uruapan Carlos Toledo en la conferencia de prensa celebrada en el Palacio Municipal del día viernes. Por otra parte, los grupos de autodefensa aseguran que erradicaron a todo grupo delictivo de la entidad, aunque también refieren que necesitan armas de alto poder. La Policía Federal dice estar al tanto de la situación y a pesar de los conflictos en zonas rurales la población no tiene nada que temer por ello ha dejado de preocuparse de la seguridad de la zona. En imagen cuerpos de narcotraficantes  en una de las residencias de tierra caliente junto a automóviles supuestamente blindados.

El Informativo Nocturno. Una nueva agencia de seguridad surgió este miércoles en la región de Tierra Caliente, donde desde hace un año grupos de narcotraficantes se hicieron del control de los pueblos. En este nuevo grupo tenemos a La Linda, mujer destacada en la lucha contra la delincuencia. Aquí la crónica de los hechos del día.
Asoman los helicópteros. Las agencias de seguridad privada arriban por tierra, en autobuses turísticos llenos de cascos y armas. “Para confundir un poco al enemigo, porque pasando Uruapan vienen los peligros”, alerta un agente, apuntando con su dedo. El camino a Uruapan ofrece ya rastros angustiantes: puestos de inspección que provocan filas interminables de automóviles y, sobre todo, actividades ordinarias que lo han dejado de ser. Centímetro a centímetro, los pasos de todos se dirigen hacia Apatzingán, dejando atrás localidades llameantes como Nueva Italia, donde sólo es posible llegar si se libran tres tanques atravesados sobre la autopista estatal y murallas de costales y llantas humeantes. Huele a diesel, a mariguana, pólvora y el frente de batalla se descubre por el lejano sonido de las metralletas. Desde entonces, las agencias de seguridad Gran Águila y Escudo Verde instalaron dos barricadas: una en la vía libre hacia Uruapan, y otra en el punto conocido como Cuatro Caminos. Y las inspecciones no cesan…
En la imagen La Linda posa para la revista M.

Parte 2. Editoriales

Hace poco veíamos al Presidente de la Nación Carlos Arturo Juaregui bajando de su auto blindado con su uniforme de comandante supremo, lleno de condecoraciones que todos conocemos. También se tiene la imagen de comandante en la empresa de seguridad Ártico Rojo, justo antes de la campaña presidencial… Pero esa es otra historia, la mejor imagen fue el día de ayer, justo en medio de todo un esquema de seguridad y justo en el momento en que se acerca una de sus secretarias (por nuestro bien preferiremos omitir el nombre) y le pregunta sobre algún documento. El lugar es la sala de prensa, cientos de cámaras y la esposa del presidente, la Señora Carla, detrás del él, sonriente y atenta como siempre. El equipo de seguridad y agencias tenían todo protegido y él admiraba con tranquilidad la belleza de la secretaria, pero no se percataban de la mirada de la esposa del presidente, una mirada pausada y vigilante; de alguien que podría dar clase al mejor soldado. Hasta ahí la simple labor de una esposa, lo mejor es cuando Juaregui se olvida de que tiene esposa ¡Sí, de que tiene esposa! Le pide a la secretaria su contacto para alguna red social, vía celular, y él le muestra su celular.
[Zasss] Todos conocemos el celular, un equipo adaptado para coordinar ejércitos e interferir cámaras. Un celular que la esposa observa de forma DETENIDA. Ella cruza los brazos y al tiempo ellos se toman una foto ¡Sí, en el celular que coordino la Guerra de los Dos Días en Michoacán! [Click]. Está a punto de intervenir ella pero tiene que basarse en pruebas, ella demuestra no ser impulsiva y muestra paciencia como si estuviera en un conflicto armado, nada de cosas desesperadas, estrategia ante todo.
Y así el hombre más protegido de nuestro país avanza dos pasos al frente en plan que bonito día, sus guardaespaldas no se lo toman a mal, no se dan cuenta de nada, y observan admirados a la secretaria, joven, simpática, común de rasgos pero eficiente y con mucha conversación. Las cámaras de seguridad registraban la escena y hasta un soldado miraba al presidente que guardaba su celular con gusto. Pero la esposa estaba detrás de ellos dos. Fue solo un instante pero ella quedó en segundo plano, tres largos segundos en segundo plano.
Su rostro como pueden ver en la imagen no es de buenos amigos, su ojo izquierdo temblaba y miraba distante la sala de prensa, seguramente con una nota que se guarda para todo buen momento. Él regresa con su esposa rodeado del buen ambiente de la reunión y no se da cuenta de nada.
Sin duda a las agencias de seguridad privada se les olvida que una mujer puede ser muy peligrosa, pueden ir a cualquier guerra pero no saben lo que es estar frente a una mujer enojada y que quedó en ridículo frente a toda la prensa, frente a todo el público de la red. Esta noche sin duda la ciudad está protegida por fuertes murallas de seguridad y vigilada por medio millón de cámaras, medio millón de micrófonos, medio millon de hombres, pero seguro que no se sabrá lo que suceda en la alcoba del presidente. Un lugar dónde nadie podrá proteger al hombre más seguro de este país.

Parte 3. Televisión

Presidente de Guanajuato Arturo Olmedo de Parra, ex-presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
“Yo estoy listo para volverme rico, la venta legal de armas en necesaria en nuestro país y está DEMOSTRADO que  el tener un arma en casa no genera inseguridad. Todo lo contrario ahora se sabe que quienes tienen armas registradas por el ejército son personas estables. Debemos recordar que la legalización de la mariguana disminuyo el consumo de esta al afectar directamente en sus precios. Las armas son un caso muy distinto, pero en la actualidad son una necesidad, sabemos de ciudades que quieren tomar la delincuencia organizada. Recuerdo la visita a una de las principales agencia de seguridad privada de Michoacán, en la foto está mi hija Pamela, mi sobrinito Olmedo y fue un día muy divertido entre tantas armas [sonrisas], por suerte deje en casa trabajando mi lavadora de dos patas. ” [Risas de Fondo].

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos Carlos Arturo Juaregui.
-Señor Presidente hablemos de los contratos de seguridad.
“Es la protección total del empleo en temas de seguridad. Se mantiene un dialogo constructivo y fluido con la principales agencias de seguridad privadas, grupos de autodefensa y corporaciones policías, está reforma permite la contratación viable y calificada de personal. Permitirá la contratación de corto plazo pero garantizará el ahorro y la continuidad del Seguro Social, esto es salud y antigüedad laboral. Como sabemos hay ciudades que pueden llegar a tomar los grupos de delincuencia organizada, es algo que tenemos que evitar.
-¿Cómo se definirá la seguridad a futuro?
Ahora sabemos que las empresas de seguridad son estables y regulables por el Estado, por ello debemos garantizar que esta reforma se aplique en forma inmediata. En lo personal me siento muy contento y feliz, esto formaba parte de las promesas de campaña que mi partido me refrenda cada día.
-Que bien señor Presidente, su esposa, la Señora Carla, trabaja como asesora de seguridad. ¿También lo ayuda a usted?


[El presidente tartamudea y con una sonrisa da a entender que sí, al momento que pide otra pregunta en silencio].


Joel Correa. Abril 2013.

lunes, 2 de junio de 2014

El Museo de las Momias de Guanajuato

Hace días encontré una vieja postal del Museo de las Momias de Guanajuato, como del año 1970, y fue un gran momento. El lugar era muy diferente a mi última visita en 2006; ya se tenían las momias en vitrinas y todo era muy limpio e iluminado. Sentí la misma sensación que debió sentirse por esos años, ver las quijadas y ojos abiertos no es fácil, la sensación de miedo y presentarte ante alguien ya finado, observando su perturbado descanso, no es algo muy agradable. Aunque ahora que veo la vieja postal pensé: ¡Lo hubiera visitado esos años!



La postal de mí última visita en cambio tiene ya color y muy pocos cuerpos momificados mostrando como publicidad una madre dolida y niños pequeños, junto con la  momia más pequeña del mundo. Actualmente es un lugar ordenado, con clasificaciones, señalamientos, cámaras de seguridad, aire acondicionado, es bueno, muy bueno, pero seguro cambiará igual que todo.

Pensaba para éste artículo mostrar fotos del lugar y la ubicación exacta, pero se puede perder esa sensación de miedo al entrar y pensar ¿Para qué vine aquí?. Lo mejor es visitarlo y rodearse de su particularidad y emociones que puede aportar. Como ver una película de la que sabemos nada, y así en cada vuelta y cambio de escena podemos recibir una buena sorpresa.  

El museo se conformó por cuerpos encontrados en tumbas y fosas comunes, los cuales se momificaban por la sequedad de la tierra. El municipio de Guanajuato los muestra como atractivo turístico, y junto con el museo de Waldemar Julsrud y Las Siete Luminarias de Valle de Santiago se tienen los mejores lugares para visitar en Guanajuato, México.




Y si algo queda pendiente tambien se puede visitar otro museo de momias: el Museo de las Momias de Celaya , otra ciudad de Guanajuato. Muy buena opción, se encuentra junto al panteón municipal. Un lugar pequeño pero sombrío y perturbador... a éste último lugar pocos se atreven a entrar. Lo visite hace poco, tampoco capturé fotografías, es mejor verlo por uno mismo.

sábado, 10 de mayo de 2014

Misericordia de Carlos A. Vázquez


"No recordaba cuando había sido la última vez, de hecho no recordaba cuando había sido la primera, lo cierto era que no recordaba si había sido feliz alguna vez".

La primera frase de Misericordia, novela escrita por Carlos A. Vázquez en el 2012, nos deja ya con ganas de leer las siguientes líneas, y página tras página se llega a una carrera frenética por conocer ésta novela.




Carolina, el personaje principal, creció en el Orfanato de Nuestra Señora de la Misericordia con la mala suerte de no ser adoptada, y por si fuera poco, de soportar las burlas y acoso de sus compañeras. Así se presenta en ella una actitud ausente y a veces osada, la cual hace que la gente se aleje de ella. Incluso llegando a su dormitorio podía quedarse sola, prefiriendo sus compañeras mantener la distancia.

Pamela es compañera de Carolina en el orfanato, tiene la misma edad, pero su historia es muy diferente. Pamela perteneció a una familia disfuncional y llena de violencia intrafamiliar, en cambio Carolina simplemente perdió sus padres en un accidente quedando ella desamparada. Pamela no deja de acosarla y es con ella en quien conoce el odio y daño que pueden ocasionar muchas personas.

Llegado el día de abandonar su primer hogar, se dirige a un hotel pagado por el orfanato, esto con la finalidad de poder encontrar un buen trabajo y poder subsistir durante un tiempo. Ahora tendrá que enfrentar el mundo, un lugar que observará maravillada, todo será nuevo para ella, pero que sabe también oculta el acoso y peligros vividos en el orfanato.

En el hotel tendrá su propia habitación y sus pocas pertenencias, conocerá a la señora Catalina y a Roberto, el nieto de ésta. La señora Catalina le brinda el afecto de una abuela y la apoya de forma cariñosa desde el día de su llegada, en cambio su nieto no deja de molestarla con sus indirectas, su actitud arrogante y  sus miradas libidinosas.

Al principio no encuentra trabajo, además de contar con poca experiencia, pero llega a una lavandería donde es contratada para su buena fortuna. En el orfanato lavar ropa fue su principal trabajo. Conoce nuevos amigos entre sus compañeros, a Ana, el señor Juan, la señora Díaz (también salida del orfanato) y a Juan en quien encuentra a su mejor compañero, alguien con quien conversar, salir al cine y tomar un café.

Carolina llega a integrarse a la sociedad, pero ella es diferente a todos y llegan los nuevos problemas que tendrá que enfrentar, algunas ocasiones sola y otras con Juan, pero siempre en silencio y con cautela para no lastimar a nadie. Sufrirá igual que en el orfanato y su pasado la perseguirá cada día, incluso no pudiendo ocultar los hechos que marcaron su vida en la infancia.

Misericordia es una novela llena de giros inesperados y enriquecedores, y una trama que va creciendo página tras página.  Los personajes son muy naturales y es como conocer nuevas personas con sus cualidades y defectos. Se pueden disfrutar de escenas perfectamente encuadradas, ofreciéndonos el ángulo adecuado para disfrutar de las palabras y miradas de los personajes. Sin duda alguna una obra que muestra el cambio favorable de la literatura mexicana, brindándonos nuevas posibilidades a la imaginación. Una obra en la cual realismo y ficción se consuman para mostrarnos no solo a Carolina sino un nuevo universo: el de Carlos A. Vázquez.

Contraportada de libro: