viernes, 27 de noviembre de 2015

Misterios sin resolver: La bolsa de veneno de las serpientes


   Existencias referencias de todo una infinidad de misterios sin resolver, por un lado porque se tienen pruebas y por otro lado porque se demuestra que no hay tal misterio. En la mayoría de las ocasiones basta una foto falsa, un testimonio con contradicciones o la carencia de pruebas científicas. El siguiente misterio es una situación que supera lo comprobable y lo no comprobable, para explicar siguiente el caso en forma concreta se carece por completo de cualquier prueba. 

   El fenómeno al cual se hace referencia es el siguiente: hay quienes aseguran que han visto como las serpientes, para poder beber agua, colocan sobre una piedra su bolsa de veneno —nos referimos concretamente a serpientes de cascabel y coralillo—, y posteriormente regresan por su bolsa. El algo que siempre sucede junto a ríos; la supuesta bolsa es colocada lejos del agua, muchas personas lo han visto pero nadie ha guardado dicha bolsa de veneno. La forma de dicho objeto (lo llamaremos así en este artículo) es algo parecido a un baboso enroscado, otras personas mencionan que parece un pequeño huevo amarillo, pero quienes se han acercado y lo han tocado sienten el deseo de arrojarlo lejos. 

   
   Los profesionales en el tema de las serpientes han demostrado que lo anterior es completamente imposible; las glándulas que contiene el veneno sólo se pueden extirpar mediante una cirugía. Por tanto el animal no puede desprenderse de tan importante órgano, y beber agua no afecta en nada la producción de veneno ni el paso del líquido a través de su garganta. 

   Lo que sucede cuando la serpiente pierde la supuesta bolsa de veneno es increíble. La serpiente la busca a su alrededor en forma desesperada, dando vueltas y regresando de todo lugar en que busca, incluso subiéndose a un árbol para indagar a lo lejos. Cuando no la encuentra al serpiente se alza sobre su cola y comienza a golpear su cabeza hasta morir; otras ocasiones se enrosca hasta la mitad y junto a un árbol se golpea con fuerza la cabeza, también lo hace hasta morir. Pareciera como si dependiera de ese objeto para vivir o como si una fuerza externa azotara el animal hasta matarlo. La serpiente no queda inconsciente, siempre se suicida por su error. 

  


   Un hecho muy extraño, ya que no tiene explicación científica, primero su glándula de veneno no puede retirarla por voluntad propia la serpiente, y por otra parte siempre se quita la vida de la misma forma y queda todo un conjunto de preguntas por resolver ¿Qué objeto es en realidad? ¿Por qué prefiere morir al no encontrarlo? ¿En realidad nadie ha guardado dicho objeto?

  Las personas que han presenciado dicho fenómeno son gente del campo, y no se han cuestionado realmente la naturaleza de dicho objeto ni lo han analizado, si alguna personal lo ha guardado no cuenta lo que ha encontrado, hay que señalar que nadie lo ha tocado con sus propias manos. Parece una historia rural pero es un fenómeno visto y relatado en las anécdotas orales de muchos pueblos. Un hecho sin explicación y sin nada que lo respalde. Un misterio dentro del mundo del misterio.


sábado, 21 de noviembre de 2015

El duende Ganon, por Joel Correa


—Si hay algo que podemos hacer es cerrar las puertas, los duendes por las ventanas no pueden entrar, requieren un permiso para hacerlo; y a todo esto ¿Para qué quieren saberlo? —El elfo tomó su pipa de luz etérea y la colocó sobre su frente—. El problema de saber es que cada vez queremos saber más. Ese fue el problema de Ganon, él no podía detenerse frente a cada objeto mágico que encontraba a su paso…
          —Maestro Turbi, ¿cuándo tendremos nuestra lanza mágica?
—¡Calma! No basta con tener en posesión un objeto mágico, hay que saber usarlo, por eso Ganon quedó confinado dentro de un contenedor trasparente de un ser humano.
—Los seres humanos son horribles.

***

Ganon terminó sus días dentro de un frasco con formol, su dueño era un viejo hojalatero que no paraba de mirarlo cada mañana. En algunas ocasiones el hombre —llamado Julián— se convencía que lo que había capturado era un conejo, luego una serpiente con patas y otras un ave rastrera. Lo que resultaba más extraño eran sus enormes ojos color violeta que observaban algo en el horizonte. El animal —o duende como llegó a creer el final— ya estaba muerto y había algo raro en la forma en que miraba, era como si se pudieran leer sus pensamientos... El hojalatero sabía que ese ser aún estaba vivo.

***

          —¡Deberías ya tirar eso a la basura! Esa cosa debe ser un gato apachurrado, en el documental de anoche mostraban como hacían los aliens. Los preparan quitándoles el pelaje, luego en la piel les hacen cosas y los pintan de colores. Cuando un chango nace deforme les hacen esas cosas y ahí lo tienes.
—Te digo que no, yo lo agarré colocando un chip de computadora dentro del frasco, se metió dentro y saltaba y saltaba, lo he pensado mucho y estoy seguro que debe ser un duende.
—¡Un duende! si eso fuera te habrías muerto de un ataque al corazón.

Julián sostuvo con orgullo su frasco con formol y prefirió llevarlo al fondo del sótano. Hermelinda, su esposa no quería ver el supuesto duende por nada del mundo. 

Fin