jueves, 29 de junio de 2017

Las antiguas religiones


     Los estudiosos de las religiones relacionan la creencia en seres supremos con el nacimiento de la civilización; también argumentado por los doctos de la ley judía. Es decir, cuando surge un grupo humano numeroso se requiere una creencia común que cohesione a todos los individuos que la componen. Por tanto se tiene establecido que para la formación de una gran comunidad se requiere primeramente la creencia en un conjunto de dioses o de un dios supremo. La religión católica tiene como base la adoración a un Dios supremo, tal idea, bajo el supuesto anterior, dio como resultado el pueblo hebreo, que a pesar de estar disperso se mantuvo unificado durante siglos. Otro ejemplo es el Antiguo Egipto, el cual no contaba en la idea religiosa de un dios único, más bien eran politeístas, pero manteniendo entre sus dioses más importantes a Ra e Isis; un imperio unificado por un esquema de adoración a diferentes dioses pero con representantes constantes a lo largo de tiempo. 

     La religión católica se estima en 10,000 años de antigüedad antes de Jesucristo, según los estudios de la Biblia, y la religión egipcia puede estimarse en unos 7,000 años antes de Jesucristo. También se tienen las religiones de los fenicios, hebreos, babilonios; y muy recientes las de América conformadas por Olmecas y Mayas. Ejemplos de religiones que se pueden establecer en tiempo y estructura, sin embargo estudiando la línea temporal del ser humano encontramos posibilidades en tiempos mucho más antiguos. 

     El ser humano puede situarse de la siguiente forma en línea temporal: El hombre de Neandertal 100,000 a 35,000 a.C.; el hombre de Cro-Magnon de 35,000 a 14,000 a.C.; y el hombre actual de 14,000 años a la fecha actual. Algo a resaltar, antes de estudiar al ser humano de la prehistoria, es que la agricultura dio lugar a grandes civilizaciones, y con ello a las religiones modernas. Es decir, se ha establecido como elemento científico la relación civilización-religión; sin considerar las posibilidades de pasado. 

     El hombre de Neandertal se ha apreciado como un homínido torpe, con pocas capacidades para crear herramientas, un antropoide con capacidad de sobrevivir en fríos perpetuos tras largas jornadas de cacería, pero se deja de lado un aspecto fundamental: El hombre de Neandertal tenía un cerebro mayor al nuestro, lo cual desde nuestros estándares implica mayor memorización, organización y desarrollo de ideas complejas. Teniendo en cuenta que surge hace 100,000 mil años y desaparece en unos 35,000 a.C. se puede considerar que durante todo ese tiempo fue capaz de desarrollar una cultura y costumbres semejantes a las nuestras. Por ahora no se tienen evidencias de escritura, pintura o escultura pero eso no demuestra que no tuviesen formas de expresión como la tradición oral, la danza, la música; y en diversos momentos de su historia el desarrollo de un esquema religioso que les diera identidad, e incluso civilización. En el período Neandertal se pueden contar hasta siete glaciaciones y sus cráneos se han encontrado en todo el mundo, siendo Europa el continente más interesado en éste antepasado de la humanidad. En cuanto a su religión se cree que pudieron practicar un sistema animista, asignando poderes sobrenaturales a plantas, animales y fenómenos sobrenaturales; sistema aún vigente en la actualidad. 

     El hombre de Cro-Magnon es un caso muy distinto, es un ser humano con rasgos iguales a los nuestros, aunque un poco adaptados a su estilo de vida, de cuerpo más robusto y una mejor condición física. Es un grupo de seres humanos reconocidos por su alto desarrollo de arte en los campos de la pintura y la escultura, y sin duda alguna ya manejaba instrumentos musicales junto con una rica tradición oral. En la antigua China se han encontrado huesos con escritura y en Papua Nueva Guinea tablas con escritura arcaica; sin duda alguna los Cro-Magnon ya tenían un sistema de escritura con la capacidad de transmitir sus valores y tradiciones. Todo lo anterior son elementos suficientes para dar lugar en su sociedad a las religiones que conocemos como antiguas: las animistas y las politeístas. 

     El hombre actual tiene una vida corta en la historia; y posiblemente no sobreviva más que sus antecesores debido a su carácter depredador y competitivo. Su historia comienza hace 14,000 años, tiempo en el cual se tienen seres humanos con las mismas capacidades que el actual, si consideramos que tenemos registros de nuestras historia desde hace 8,000 a.C. tenemos que preguntarnos algo ¿Qué sucedió hace 14,000 años o mucho antes? En nuestra civilización tenemos registros de lo ocurrido del año 0 hasta el año 2,000, durante ese tiempo se tienen una serie de grande inventos; queda preguntarnos qué ocurrió durante los tiempos remotos de la antigüedad, considerando que en seis mil años muchas cosas pueden ocurrir y realizarse. Curiosamente tampoco hay muchas pruebas de la historia de períodos remotos, no hay construcciones, tampoco grandes ciudades, incluso los registros del uso de la roca son de desarrollo muy lento, por ello queda una pregunta fundamental: Siendo tan inteligente el hombre desde hace 100,000 años ¿Hacia dónde dirigió su capacidad intelectual y tecnológica? Uno de esos posibles pasados se puede conjeturar en el mundo de la magia, donde seguramente las alianzas con seres sobrenaturales eran mucho más eficaces que el desarrollo de nuevas herramientas. 

     La existencia de lo sobrenatural sin duda tiene buenas razones para desacreditar todo aquel fenómeno que se relacione con la materia o estudios previos, sin embargo la religión vudú con sus rituales y fenómenos es un claro ejemplo de grupos humanos en contacto con seres que pudieron ser llamados dioses. Los milenios han borrado mucho de nuestra historia, sin embargo debemos recordar que ésta puede repetirse. Tal vez en un tiempo no muy lejano nos encontremos practicando una nueva religión del pasado remoto.

     Las religiones del pasado se consideran de tipo animista, y otras politeístas, un sistema mantenido durante miles de años, posiblemente desde el hombre de Neandertal. En el caso de haberse mantenido la religión animista desde hace miles de años tal vez ahí se encuentre la verdadera humanidad, no rechazando las religiones actuales, pero resaltando que el estilo de vida que motivaban seguramente es el requerido por el ser humano actual. Sobre todo en momentos de guerra, pérdida de valores y relativismo de nuestro actuar.

Por: Joel Correa.