
En esta primera novela de la trilogía Cayce tiene que buscar el origen de una serie de vídeos en la red, de los cuales no se tiene nada concreto sobre su origen, únicamente algunas marcas de agua y la posibilidad de ser creados en un gran estudio de cine. Los vídeos son llamados metraje y contienen escenas artísticas en las cuales no esta determinado su lugar en el tiempo al presentar elementos de distintas épocas. El tema central es detectar los patrones que permitan reconocer el origen de los vídeos, al tiempo que Cayce intenta encontrar a su padre desaparecido el 911 en New York.
Los escenarios de esta novela son London, New York, Tokio y muestra que nuestro futuro puede llegar a ser como el estilo de vida de los personajes: con su individualidad, forma de vestir, uso de la tecnología, su mundo globalizado y la forma en que trabajan. William Gibson muestra un escenario alternativo a nuestro presente, ya que esta novela de ciencia ficción no se sitúa en el futuro sino en nuestro presente.
Así como en otras obras de William Gibson (Neuromante, Mona Lisa Acelerada) muestra una faceta de nuestro presente: el control de la información. El trasfondo es el terrorismo, la seguridad privada, el espionaje corporativo, esto en un mundo que se vive inseguro después de los atentados del 911; un mundo con alertas de seguridad en todos los aspectos. La tecnología juega un papel fundamental para hackeo de móviles, correos y computadoras; además del seguimiento continuo de información y marcas. Un mundo que controla el flujo de información para detectar todo posible enemigo. En palabras de Cayce Pollard: Un mundo odiado pera a la vez maravilloso.