jueves, 6 de marzo de 2014

El Sol de Breda, de Arturo Pérez-Reverte

El escenario es Flandes en el año 1625, con un sol que no calienta nada, la neblina en cada amanecer y el frío como enemigo constante; un lugar al que nadie hubiera querido llegar. Ya quedo atrás la España de las aventuras, las mujeres y los callejones oscuros que había que recorrer con la espada a la mano; quedo atrás Madrid. Los amigos y los tragos son casi un recuerdo en los meses de preparación de sitio militar de Breda; fortificación bien preparada y no fácil de alcanzar. Pero al final, no es todo una aventura, el compromiso es salvar a España de la ruina, dada su comprometida economía, y finalmente controlar su amplio imperio.
 
La lealtad al rey, la disciplina y la valentía en la batalla son las armas que porta el Capitan Alatriste, Iñigo Balboa, Curro Garrote, Sebastián Copons, los hermanos Oliveras, entre algunos otros. Iñigo Balboa es el principal personaje y tiene que salvar su vida y apoyar su equipo como mochilero del Tercio Viejo de Cartagena.  


Iñigo tiene que observar ahora con sus propios ojos los desastres y peculiaridades de la guerra. Se comienza con el asalto a Oudkerk, donde Iñigo participa en la apertura de la puerta principal para la entrada de los soldados de los tercios. En su ingreso se nota una carnicería y gritos de locura, muerte e incendios en las calles y muerte a todo aquel mayor de 17 años. Una matanza justificada por los pocos soldados españoles que enfrentan a 700 holandeses en ésta primera fortificación. Iñigo busca objetos valiosos entre el desastre, y claro un poco de oro, como anécdota de la batalla se tiene el siguiente suceso:

[Fragmentos del libro]

"Iñigo Balboa topa con dos hombres que sacan libros de una casa en llamas. Como se ha agenciado él ambas jarras saqueadas, ahora las utiliza para dar de beber a los rescatalibros: «al reparar en las jarras las despacharon de un solo trago». A continuación deja un poco de saquear para ayudarlo en su labor, la mayor parte de los libros se habían convertido en ceniza. Pasarían algunos años antes de que volviese a encontrarme con el soldado anónimo a quien un brumoso día de otoño, durante el saqueo de Oudkerk, ayudé a rescatar los libros de la biblioteca del Ayuntamiento; y durante todo ese tiempo ignoré cómo se llamaba."
 

En esta novela podemos encontrar descripciones detalladas de la estructura de los Tercios españoles, la forma en que se daban los botines y la disciplina siempre presente en los soldados. Podemos sentir el terreno de batalla, frío y lleno de polvo, con las caballerías holandesas diezmando los ejércitos españoles, los soldados en tierra con su pica en mano y las ordenes de batalla respetadas en todo momento. Pero también la sangre y la angustia de la muerte, como la desoldados enemigos que es mejor matar a sangre fría que escucharlos entre lamentos. 

Esta es una novela fría y belicosa, que gustará a los amantes del género y que sin duda llenará de repulsión a aquellos que no les guste la guerra. Pero muestra sin piedad una realidad ineludible: La realidad de ser humano y la realidad de la España de la época. Una pincelada que nos muestra de dónde venimos, el arduo camino que se tomó para vivir y pensar como se hace actualmente. 
 
Arturo Pérez-Reverte nos muestra como en otras de sus novelas el hombre en un medio hostil, el hecho de sobrevivir como única opción y aceptar la realidad como un frente de guerra. Un paradigma que puede revelarnos la forma en que enfrentamos nuestro medio y el modo en que muchas ocasiones salvamos la vida misma. 

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