Si de algo debemos maravillarnos constantemente es de nuestro entorno, buscamos los espacios de la naturaleza, de los seres vivos, pero en ocasiones debemos contemplar nuestro propio espacio: El espacio interior.
Siempre saltamos de un lugar a otro, de un estilo de vida a otro estilo de vida, cambiando así, sin darnos cuenta, nuestro propio nicho ecológico. Si ahora nos viera el hombre de las cavernas nos diría que somos semejantes a ellos, pero más aislados en nuestras cavernas artificiales. Nos dirían que somos los hombres de las cuatro paredes.
¿Nos aislaremos totalmente? ¿Viviremos en casas tecnificadas imitando el estilo de vida que tendríamos en otro planeta? ¿El exterior será siempre el exterior?
Un mundo que se puede volver solitario en todo lugar que podamos llamar exterior. Queda la pregunta ¿Qué pasará en el futuro dentro de nosotros mismos?
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