martes, 28 de abril de 2015

Arquitectura fallida, parte 1/5. Joel Correa.

Sin duda la ciudad es algo más allá de lo que contemplamos con nuestros ojos, en la actualidad se tienen nuevos elementos en el territorio que habitamos… y es posible que la ciudad ya no sea tan importante. Zonas industriales, conjuntos residenciales, áreas protegidas, industrias agrícolas, puertos, aduanas, autopistas, son elementos que pueden aportar más recursos y tecnología que la ciudad misma. Podemos considerar nuestro espacio urbano el área donde habitamos y obtenemos cultura pero como espacio administrativo y económico la ciudad ya no es un elemento preponderante.


En la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco se habla de la ciudad como un elemento de perdición, un lugar donde los sacerdotes cometen sodomía y pecado, un sitio donde además se tienen mejores libros y más dinero que en las abadías. La novela el nombre de la rosa se centra en un tiempo en el cual los monasterios han perdido su poder económico y político. La ciudad se vuelve el centro de la economía, la cultura y la política; un momento en que la plasticidad de un elemento espacial sustituye al de otro. Incluso surgen las universidades las cuales toman el control del conocimiento. 

Actualmente los entornos industriales proporcionan innovaciones tecnológicas y recursos económicos en mayor medida que las ciudades. Por ello los gobiernos brindan mayores apoyos a empresas que a ciudades. Por ejemplo para las empresas el agua, electricidad y tecnología de comunicaciones cuentan con un costo menor que el que paga un ciudadano común. Las zonas industriales aportan mejoras a la economía al generar empleo y empresas en tecnologías relacionadas, por ejemplo la industria automotriz y los materiales relacionados a esta como son seguros y mantenimiento. 

Lo anterior es un motivo por el cual en las ciudades se tiene carencia de inversión en espacios públicos y se presentan lugares que se vuelven innecesarios con el paso del tiempo. En muchos espacios abandonados la avaricia, el despilfarro económico, conflictos, egoísmo entre ciudades y mala planificación son la causa de su abandono. Al final nos queda lo que llamamos elefantes blancos y que no pueden ni utilizarse ni desmantelarse.

Las arquitecturas fallidas pueden considerarse espacios vacíos de nuestra sociedad pero para el imaginario son la fuente de ricas historias de deseos de exploración a lo desconocido.

En Salvatierra Guanajuato se tienen arquitecturas que en su momento tuvieron éxito, otras que no fue necesaria su construcción y algunas abandonadas por falta de recursos. La arquitectura fallida nos permite reflexionar sobre el destino de las ciudades y de la sociedad. El mercado ubicado junto a la hacienda El Mayorazgo es un claro ejemplo, el mercado fue construido y nunca se utilizó. Aquí algunas imágenes.











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