miércoles, 24 de junio de 2015

1984 de George Orwell

Winston Smith es funcionario de un duro régimen político, un gobierno capaz incluso de cambiar la historia para mantener posición. Su trabajo en el Ministerio de la Verdad tampoco es muy agradable, es encargado de prensa y de modificar toda noticia que hable mal del partido. El régimen (llamado también el Gran Hermano) es una mezcla de comunismo, nazismo y marketing en el cual todos los ciudadanos son vigilados por las telepantallas (cristales oscurecidos superpuestos en las paredes de todo lugar de la ciudad). 


Por medio de la televisión las personas son vigiladas detenidamente, al grado de observar los gestos y las miradas cuando se habla de temas políticos. Nadie puede escapar de la mirada del Gran Hermano, quienes lo hacen simplemente son fulminados, es decir, desaparecen de todos los registros… además de morir no queda su registro ni en la memoria ni en la historia. 

“La sola pertenencia del individuo eran unos pocos centímetros cúbicos en el interior de su cráneo”

La vigilancia permanente de toda persona incluyendo funcionarios hace imposible la escapatoria, y es en este mundo distópico donde Winston conoce Julia. La policía del pensamiento es una sección encargada de vigilar la sexualidad y la relación entre individuos, ahí Julia es una de sus principales militantes de la liga anti-sex (sección encargada de evitar la sexualidad cargada de erotismo). Winston no ve con buenos ojos a Julia en un principio, considera que puede ser una trampa para delatarlo y mostrarlo como traidor al sistema. Con el paso del tiempo se comunican entre las multitudes, lugar en el cual pueden intercambiar algunas palabras sin ser visto por las telepantallas; logrando Julia finalmente enamorar a Winston. 

Winston es un hombre divorciado y Julia aún es joven, su unión puede ser un afrenta contra el partido por lo que peligran en cada una de sus conversaciones.

“El enemigo principal no era el amor sino que este estuviera cargado de erotismo, en el matrimonio o fuera de este. El acto sexual, hecho en plenitud era un acto de rebeldía. El deseo mismo era un crimen.”

Una muestra del daño atroz del fanatismo político es la vida de los hijos de la señora Parson (amiga de Winston). La mujer es golpeada y amenazada todo el tiempo por sus hijos, peligrando incluso su vida si la denuncian por sedición contra el partido.

“¡Traidor! ¡Criminal mental! – Gritaban los niños siempre que jugaban” 


Todas las características del régimen del Gran Hermano son escritas por Winston en su diario, que simplemente tituló 1984, dado que él desconocía el año y el periodo histórico en que vivía. 

Una novela profética de los tiempos que vivimos. La vigilancia a través de las videocámaras de las pantallas de televisión y teléfonos móviles es parte cotidiana de la nuestras vidas, y sin saber si realmente nos vigilan… o puedan vernos como enemigos potenciales. 

“El desarrollo de la televisión volvió posible recibir y emitir a un tiempo en el mismo aparato, con lo que acabo definitivamente con la privacidad. Todos los ciudadanos, o al menos aquellos que poseían suficiente importancia para que se les vigilara podían ser sometidos las veinticuatro horas del día a la permanente observación de la policía. Se dieron las condiciones para la abolición de la propiedad privada.”


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